¿Cómo influye la música en la salud?

por | 12 de enero de 2023

La música existe desde la antigüedad. Forma parte de todas las culturas conocidas. Puede hacerle mover los pies, levantarle el ánimo e incluso ayudarle a evocar un recuerdo lejano. ¿Sabía que la música puede tener otros beneficios para la salud? Los científicos exploran las distintas formas en que la música estimula y mejora la salud del cuerpo y la mente.

La música nos pone en movimiento y mucho más

"Escuchar o crear música afecta a la forma de pensar, sentir, moverse y mucho más"

Hoy en día, las tecnologías modernas ayudan a los investigadores a saber más sobre el funcionamiento del cerebro, qué partes del cerebro responden a la música y cómo ésta puede ayudar a aliviar los síntomas de ciertas enfermedades y afecciones.

El cerebro en la música - El cerebro es un complejo centro de procesamiento. Es el centro de control del sistema nervioso, la red de células nerviosas que transmiten mensajes hacia y desde el cuerpo y el cerebro. Un cerebro sano intenta dar sentido al mundo que le rodea y a la información constante que recibe, incluidos el sonido y la música.

El sonido es una fuerza importante y profunda en nuestras vidas. Cuanto más ejercitamos nuestro cerebro en el procesamiento del sonido, mejor funciona para dar sentido al sonido y al mundo que nos rodea. La música hace esto más que cualquier otro sonido.

La música y otros sonidos entran en el oído en forma de ondas sonoras. Éstas crean vibraciones en el tímpano que se transforman en señales eléctricas. Las señales eléctricas viajan por el nervio auditivo hasta la corteza auditiva del cerebro. Esta zona del cerebro interpreta el sonido como algo que reconocemos y entendemos.

Pero la música afecta a zonas del cerebro distintas de las que procesan el sonido. Mediante técnicas de imagen cerebral, como la resonancia magnética funcional, los científicos han descubierto que la música afecta a otras zonas del cerebro. Cuando la música estimula el cerebro, aparecen destellos de luz brillante en las imágenes cerebrales. Los estudios han demostrado que la música "ilumina" zonas del cerebro implicadas en la emoción, la memoria e incluso el movimiento físico.

La música puede ayudar a facilitar el movimiento: Los científicos están investigando si la música puede ayudar a pacientes con trastornos motores, como la enfermedad de Parkinson. Los pacientes con esta enfermedad pierden lentamente su capacidad de andar y moverse con el paso del tiempo.

Los estudios demuestran que cuando la música tiene un ritmo determinado puede ayudar a caminar a las personas con enfermedad de Parkinson. Otro estudio analiza cómo se compara el baile con otros tipos de ejercicio en personas con enfermedad de Parkinson.

También hay pruebas de que la música puede ser útil para personas con otras afecciones, como Alzheimer, demencia, lesiones cerebrales traumáticas, ictus, afasia, autismo y pérdida de audición.

Fortalecer la mente

Tocar un instrumento musical activa muchas partes del cerebro a la vez. Esto puede beneficiar especialmente a niños y adolescentes, cuyos cerebros aún se están desarrollando. Introducir la música en los niños pequeños puede influir positivamente en su capacidad de concentración, su forma de actuar y su desarrollo del lenguaje.

Muchos científicos estudiaron cómo influye el entrenamiento musical en el desarrollo del cerebro. Descubrieron que la música tiene efectos positivos en la capacidad de aprendizaje de los niños, incluso cuando el entrenamiento empieza en el instituto.

Los adolescentes mostraron cambios biológicos en el cerebro tras dos años de participación constante en actividades musicales en la escuela. Estos cambios afectan a la capacidad de aprendizaje y pueden ayudar a mejorar las habilidades de lectura y escritura. Estos beneficios también pueden ser duraderos.

Una vez que enseñes al cerebro a responder al sonido con eficacia, seguirá haciéndolo incluso después de que terminen las clases de música. Con un poco de música se llega muy lejos, pero cuanta más música se escuche, más se fortalecerá el cerebro.

El contacto constante con la música también puede protegerte de la pérdida de audición a medida que envejeces. Naturalmente, con el tiempo perdemos capacidad auditiva. En concreto, se hace más difícil oír conversaciones en un entorno ruidoso. Pero los investigadores han descubierto que los músicos son más capaces de distinguir la voz de una persona en un entorno ruidoso.